Algo fundamental para que los niños con asma tengan una vida completamente normal hasta ser deportistas de alto rendimiento es tener un tratamiento adecuado.
Los niños con asma tienen manifestaciones muy variadas, desde un cuadro con tos simple que se puede confundir con una infección de vías respiratorias, hasta tener dificultad para respirar que amerite tratamiento dentro de un hospital. Otros niños tienen tos al correr solamente, o tos cuando están dormidos por la noche. Otra manifestación es el ruido que se puede escuchar a distancia desde el pecho producido por el cierre de los bronquios (silbido o chillido) y el sonido que producen las secreciones que se producen en los bronquios (hevor de pecho).
Independientemente de las manifestaciones que tenga el paciente el tratamiento de los niños con asma o sibilantes tempranos cuando estas manifestaciones se presentan en bebés está encaminado a mantener desinflamadas las vías respiratorias. En este capítulo nos enfocaremos al tratamiento para tener un buen control del asma.
El óptimo tratamiento del asma depende de varios factores incluyendo la edad del niño, severidad y frecuencia de los ataques de asma y la habilidad para usar apropiadamente los medicamentos prescritos. Para la gran mayoría de los niños, el tratamiento del asma puede controlar los síntomas de manera que el niño pueda participar apropiadamente en todas sus actividades incluyendo deportes.
El éxito del tratamiento del asma depende de 3 factores:
Estos disparadores inician o empeoran los síntomas de asma. Identificar y evitar los disparadores del asma es esencial para prevenir la crisis.
Estos disparadores incluyen lo siguiente:
Después de identificar disparadores de asma, los padres deben desarrollar un plan para retirarlos. Si es posible el niño debe evitarlo completamente o limitar la exposición. Las recomendaciones pueden ser evitar humo de cigarro, remover tapetes, alfombras, quitar a las mascotas del dormitorio de los niños. Los niños que tienen problemas persistentes a pesar de los esfuerzos por evitar disparadores necesitan medicamentos.
Algunos niños necesitan ajustar medicamentos, mejorar la técnica de su uso o instrucción para una adecuad administración. Otros pueden tener una enfermedad diferente con síntomas parecidos al asma o pueden tener otro problema agregado al asma.
El ejercicio es una excepción acerca de lo que debe evitarse como disparadores. Se deben usar medicamentos para tratar los síntomas asociados al ejercicio.
El manejo exitoso del asma requiere que los padres y/o niños monitoricen su asma regularmente. Esto se hace registrando la frecuencia y severidad de asma regularmente (tos, dificultad respiratoria y sibilancias).
El pediatra puede recomendar que el niño mida su función pulmonar con una prueba conocida como tasa de flujo espiratorio máximo (PEFR) por sus siglas en inglés.
El pediatra puede recomendarle tener un registro diario de síntomas cuando éstos no son bien controlados o cuando se inicia un nuevo tratamiento. Se registran síntomas como tos y sibilancias, así como los medicamentos administrados; se incluyen además las mediciones de PEFR. Se pueden descargar de internet los cuestionarios para evaluar el control del asma: ACT ( Asthma control test) o ACQ (Asthma control quiestionnaire).
Un registro diario periódico debe ser recomendado para niños que tienen síntomas estables y para aquellos que no tienen cambio de medicamentos recientemente. Este tipo de diario puede ser completado antes de visitar al pediatra para evaluar si el tratamiento debe ser ajustado.
Los niños de más de 6 años pueden hacer pruebas de función pulmonar (espirometría). Los resultados ayudan a modificar el tratamiento.
Asma intermitente
El asma intermitente se define como aquellos síntomas que ocurren 2 o menos veces por semana, no interfiere con sus actividades diarias, los despertares nocturnos por asma ocurren 2 o menos veces por mes, las crisis de asma que requieren corticoides orales no son más de una vez por año.
El niño que tiene síntomas de asma sólo con ejercicio puede tener asma intermitente. Sin embargo los síntomas durante el ejercicio pueden también indicar que el niño tiene asma persistente.
Asma persistente
Los niños con asma persistente tienen síntomas regularmente. Pueden tener días que limiten sus actividades por síntomas de asma y puede tener despertares durante el sueño. La función pulmonar es usualmente normal entre los episodios pero es anormal en las crisis de asma. El asma persistente puede ser leve, moderado o severo.
El criterio que es usado para determinar la severidad de un niño con asma incluye el número de días por semana que el niño tiene uno o más de los siguientes datos:
La visita con un neumólogo pediatra o alergólogo pediatra son recomendados para niños con asma moderada o severa, así como aquellos niños de edades entre cero y cuatro años que tienen alguna forma de asma persistente.
Broncodilatadores.- Los broncodilatadores de acción corta también llamados Beta 2 agonistas alivian los síntomas rápidamente por la relajación de los músculos que rodean la vía aérea. El más usado es el salbutamol (ventolín). Los niños con asma intermitente o formas leves de asma requerirán estos medicamentos sólo ocasionalmente.
No hay beneficios si se usan broncodilatadores de acción corta de forma regular y si pueden crear daño.
Si los síntomas de asma ocurren más de dos veces por semana el niño deberá ser evaluado por el pediatra. Cuando hay síntomas persistentes deben ser recomendados otros medicamentos.
Los broncodilatadores de acción corta pueden ser administrados con nebulizadores o con aerocámaras con una mascarilla adecuada a la edad del niño.
Los nebulizadores usan aire comprimido para transformar la forma líquida del medicamento a un spray fino que pueda ser inhalado a través de una mascarilla o una pieza directamente a la boca.
Cuando se usa mascarilla debe ser colocada cómodamente, si no está bien colocada se puede perder el 50% del medicamento.
Los inhaladores de dosis medida funcionan con medicamentos líquidos o en polvo, los cuales se mezclan en el aire con las partículas respiradas a los pulmones. La aerocámara asegura que una buena cantidad del medicamento vaya a los pulmones. Es preferible dar el medicamento cuando el niño esté despierto y no esté llorando. Cuando se usan por primera vez hay que dar 2 ó 3 disparos para que empiece a salir el medicamento.
Los niños con asma persistente necesitan medicamentos todos los días para tener el asma bajo control, aún si no hay síntomas de asma activo. Los medicamentos que se usan diariamente para asma son llamados controladores a largo plazo y funcionan disminuyendo la inflamación de las vías aéreas pequeñas.
Algunos medicamentos controladores se administran por inhalador o nebulizador, mientras que otros son pastillas o gránulos.
La dosis y tipo de medicamentos controladores presentes en niños con asma dependen de la severidad del asma del niño y del nivel de control de los síntomas.
Los glucocorticoides inhalados trabajan reduciendo la inflamación y sensibilidad de los bronquios reduciendo su reacción exagerada a los disparadores del asma.
El tratamiento regular con glucocorticoide inhalado puede reducir la frecuencia de los síntomas y la necesidad de broncodilatadores de acción rápida inhalados, mejorar la calidad de vida y reducir el riesgo de serios ataques de asma.
Los glucocorticoides inhalados pueden llevar a una modesta reducción de la talla en niños (1.2 cm). La disminución en la talla persiste hasta la edad adulta. La disminución no es progresiva ni acumulativa.
A diferencia de los glucocorticoides tomados, los glucocorticoides inhalados por boca se absorben en muy pequeña cantidad al torrente sanguíneo y hay pocos efectos colaterales. Mientras más grandes son las dosis más es el riesgo de efectos colaterales.
El efecto más común de los glucocorticoides es la candidiasis oral. Este se puede prevenir inhalando los glucocorticoides con una aerocámara, la cual ayuda a que el medicamento vaya a los pulmones y no se quede en la boca. El niño debe lavarse la boca inmediatamente después de cada inhalación.
Aunque los efectos colaterales de los glucocorticoides preocupan a muchos padres, es importante recordar que el asma no tratada evita que el niño participe en sus actividades normales, ocasiona malestar al niño y es un riesgo para las exacerbaciones de asma.
La meta en el tratamiento del asma es usar la dosis más baja posible para mantener un buen control del asma y minimizar el riesgo de serios ataques de asma. Esto significa que el tratamiento debe ser ajustado frecuentemente dependiendo de qué tan bien se estén controlando los síntomas.
Una categoría de medicamentos llamado modificadores de leucotrienos son usados algunas veces como alternativa a dosis bajas de glucocorticoides inhalados en niños que tienen asma leve persistente. Sin embargo los modificadores de leucotrienos no son tan efectivos en forma general como los glucocorticoides inhalados. El montelukast es un modificador de leucotrienos que es tomado vía oral una vez al día y está disponible en tableta masticable o granulado para mezclarse con alimentos suaves.
Los modificadores de leucotrienos pueden ser usados junto con los glucocorticoides inhalados en niños que tiene asma más severa o de difícil control.
Hay preocupación de que el montelukast puede estar vinculado a efectos colaterales tales como cambios en el estado de ánimo y comportamiento agresivo y si se presentan hay que reportarlos al pediatra de inmediato.
Los broncodilatadores de acción prolongada son broncodilatadores que tiene un efecto más prolongado (al menos 12 horas) comparado con los agonistas beta de acción corta. Estos broncodilatadores pueden usarse sólo en combinación con glucocorticoides, no deben usarse solos. Esta terapia combinada es usada para mejora la respuesta de niños que no están bien controlados con glucocorticoides inhalados o Montelukast solo.
Si el asma es desencadenada por el ejercicio, el niño deberá inhalar una dosis extra de broncodilatador o modificador de leucotrienos antes del ejercicio.
El término de crisis de asma es algo confuso porque no se distingue entre un incremento leve de los síntomas y un episodio que amenaza la vida. Los síntomas del asma pueden ser agravados por cambios en la calidad del aire, resfriado común y otras infecciones respiratorias, así como a exposición nueva o continua a disparadores. Estos disparadores pueden causar síntomas de asma leves, moderados o severos. Algunos de estos cambios pueden ser considerados como crisis de asma. Aunque algunos niños clasificados como asma leve pueden llegar a tener exacerbaciones severas.
Este plan de acción está diseñado para niños mayores de 5 años y adultos para la escuela.
Los síntomas de asma se dividen en 3 zonas con un flujómetro que mide el flujo espiratorio máximo, a las cuales se les asignan colores como los que tiene un semáforo y se usan para tomar decisiones acerca del medicamento que está necesitando el niño en ese momento:
Verde
El verde significa que los pulmones están trabajando bien, no hay síntomas de asma y el niño debe continuar con sus actividades normales y con los medicamentos que está.
Amarillo
El amarillo significa que algún lugar de la vía aérea se está obstruyendo y hay dificultad para respirar, esto ocurre con un incremento de los síntomas en frecuencia o severidad. Se requiere un incremento o cambio en los medicamentos a corto plazo. Los pacientes deben cambiar o incrementar medicamentos de acuerdo al plan discutido previamente con su pediatra.
Rojo
El rojo significa que la vía aérea está severamente obstruida y requiere tratamiento inmediato, esto ocurre con un incremento significativo de los síntomas de asma. Se debe usar un inhalador de acción rápida según lo que haya acordado en el plan con el pediatra y el niño deberá ser evaluado por el médico de inmediato.
Los padres deben trabajar con el pediatra para formular un plan de emergencia que explica qué hacer en caso de que los síntomas de asma empeoren. Esto puede incluir el uso más frecuente de medicamentos de rescate.
Si los síntomas no mejoran después de que los padres llevaron a cabo el plan de acción rápida, el niño debe ser llevado de inmediato a un servicio de urgencias. Las crisis de asma pueden ser fatales si no se atienden rápidamente.
En los ataques de asma se les da a los niños de 3 a 10 días de glucocorticoides orales. Este tratamiento ayuda a disminuir la inflamación y producción de moco de los pulmones y a reducir el riesgo de un segundo ataque de asma.